La adversidad ha sido una 'amiga' inseparable de la Gimnástica Segoviana desde su fundación en 1928 (o antes, o quizá después). Probablemente uno de los momentos más trascendentes del club azulgrana - para mal- en el ámbito deportivo tiene lugar durante el verano de la temporada 86-87 aunque comienza a fraguarse un par de temporadas antes. Una reestructuración de los grupos de Tercera División en la que prima en algunos casos el orden territorial y en otros el económico de manera arbitraria termina con la Sego en el grupo VIII, el de Castilla y León y no en el de Madrid y Castilla la Mancha como hasta entonces. El descalabro económico es importante y el deportivo también para el club presidido por Pedro Antonio Hernández Escorial. En el primero de los aspectos la Segoviana tiene que reducir drásticamente la nómina de sus jugadores al tener que realizar desplazamientos más largos que cuando jugaba en el grupo VII. Además y directamente relacionado con lo anterior, los jugadores madrileños abandonan el equipo en parte por sus dudas en torno a la viabilidad económica del club después de una campaña plagada de retrasos en los pagos. Tampoco parece que les hiciera mucha gracia a los madrileños tener que hacer desplazamientos con regularidad a León o Soria pudiendo cobrar lo mismo o más en su zona de influencia. Los aficionados, quizá también desencantados con el cambio no acuden masivamente a La Albuera a ver los partidos y las taquillas se resienten.
Sin entrar a valorar la idoneidad de aglutinar a los equipos de la región en un grupo único, sí que se establece con la Gimnástica y el Real Ávila un agravio importante al permitir la FEF que el Mirandés, Numancia o Almazán sí puedan elegir su demarcación 'favorita' para poder disputar sus encuentros en el grupo navarro- riojano y aragonés respectivamente. Esta 'excepción' no les dura a burgaleses y sorianos eternamente pero sí aprovechan la moratoria en un primer momento. La Segovia se siente realmente maltratada por el Gobierno regional que es el verdadero impulsor ante la Federación Española de Fútbol comandada por José Luis Roca del cambio en los grupos pese a una primera intención del presidente de mantener a segovianos y abulenses donde están. El esperpento queda completo cuando dos equipos que por derecho conservan su plaza en el grupo VIII la temporada anterior - Guardo y Béjar Industrial - son en principio descendidos y más adelante readmitidos con lo que el grupo queda con 22 equipos y son cuatro las jornadas que han de disputarse entre semana. Todo ello sin tener conocimiento exacto de cómo sería el ascenso y a cuántos equipos podría afectar al estar prevista otra reestructuración que afectaría a la 2B.
Esta situación colma la paciencia del presidente que, muy abatido, pone a Eduardo Endériz al mando del equipo tras la marcha de Emilio Cruz al Tomelloso. La plantilla, con pocos jugadores segovianos entre los que se encuentran Miguel Ángel, Quique, Senovilla, JuanFran o Llorente y con la mayor parte de integrantes procedentes de la Arandina y de la zona de Valladolid realizan una campaña gris, comienzo de un recorrido que abarca casi una década de atonía y pocos estímulos para el espectador en La Albuera.
Fuente: El Adelantado de Segovia; Anuarios RFEF
Captura de pantalla: lafutbolteca.com