domingo, 29 de octubre de 2017

El principio de una etapa gris

La adversidad ha sido una 'amiga' inseparable de la Gimnástica Segoviana desde su fundación en 1928 (o antes, o quizá después). Probablemente uno de los momentos más trascendentes del club azulgrana - para mal- en el ámbito deportivo tiene lugar durante el verano de la temporada 86-87 aunque comienza a fraguarse un par de temporadas antes. Una reestructuración de los grupos de Tercera División en la que prima en algunos casos el orden territorial y en otros el económico de manera arbitraria termina con la Sego en el grupo VIII, el de Castilla y León y no en el de Madrid y Castilla la Mancha como hasta entonces. El descalabro económico es importante y el deportivo también para el club presidido por Pedro Antonio Hernández Escorial. En el primero de los aspectos la Segoviana tiene que reducir drásticamente la nómina de sus jugadores al tener que realizar desplazamientos más largos que cuando jugaba en el grupo VII. Además y directamente relacionado con lo anterior, los jugadores madrileños abandonan el equipo en parte por sus dudas en torno a la viabilidad económica del club después de una campaña plagada de retrasos en los pagos. Tampoco parece que les hiciera mucha gracia a los madrileños tener que hacer desplazamientos con regularidad a León o Soria pudiendo cobrar lo mismo o más en su zona de influencia. Los aficionados, quizá también desencantados con el cambio no acuden masivamente a La Albuera a ver los partidos y las taquillas se resienten.

Sin entrar a valorar la idoneidad de aglutinar a los equipos de la región en un grupo único, sí que se establece con la Gimnástica y el Real Ávila un agravio importante al permitir la FEF que el Mirandés, Numancia o Almazán sí puedan elegir su demarcación 'favorita' para poder disputar sus encuentros en el grupo navarro- riojano y aragonés respectivamente. Esta 'excepción' no les dura a burgaleses y sorianos eternamente pero sí aprovechan la moratoria en un primer momento. La Segovia se siente  realmente maltratada por el Gobierno regional que es el verdadero impulsor ante la Federación Española de Fútbol comandada por José Luis Roca del cambio en los grupos pese a una primera intención del presidente de mantener a segovianos y abulenses donde están. El esperpento queda completo cuando dos equipos que por derecho conservan su plaza en el grupo VIII la temporada anterior - Guardo y Béjar Industrial -  son en principio descendidos y más adelante readmitidos con lo que el grupo queda con 22 equipos y son cuatro las jornadas que han de disputarse entre semana. Todo ello sin tener conocimiento exacto de cómo sería el ascenso y a cuántos equipos podría afectar al estar prevista otra reestructuración que afectaría a la 2B. 

Esta situación colma la paciencia del presidente que, muy abatido, pone a Eduardo Endériz al mando del equipo tras la marcha de Emilio Cruz al Tomelloso. La plantilla, con pocos jugadores segovianos entre los que se encuentran Miguel Ángel, Quique, Senovilla, JuanFran o Llorente y con la mayor parte de integrantes procedentes de la Arandina y de la zona de Valladolid realizan una campaña gris, comienzo de un recorrido que abarca casi una década de atonía y pocos estímulos para el espectador en La Albuera.

Fuente: El Adelantado de Segovia; Anuarios RFEF
Captura de pantalla: lafutbolteca.com

sábado, 21 de octubre de 2017

Miguel Polo el agradecido

José Miguel 'Polo' Lázaro (Almería, 1950) culmina su carrera deportiva en la Gimnástica Segoviana donde juega dos temporadas (83-84 y 84-85) en las que está a las órdenes de Alejandro Adrián de Miguel y Jesús Bellota en la primera de las campañas y Emilio Cruz en la segunda. Polo comienza su trayectoria en la Segunda división en el Calvo Sotelo para posteriormente recalar en el Mallorca y Osasuna en la categoría de plata. Seis temporadas en el Getafe Deportivo son la antesala de las dos campañas en las que el almeriense deja huella en La Albuera con el equipo en el grupo VII de la Tercera División. El andaluz llega a Segovia precedido por un carácter particular como el que le hace renunciar a jugar en el Almería a las órdenes de José María Maguregui (Miravalles, Vizcaya, 1934; Bilbao 2013) en Primera División por el maltrato deportivo que sufre su hermano Salustiano Polo (Almería, 1952) en el plantel que prepara el técnico vizcaíno.

Miguel Polo, con 32 años y empleado de banca en Getafe al incorporarse al por aquél entonces equipo celeste, pronto se convierte en uno de los jugadores más queridos por la parroquia segoviana por su calidad y por su entrega sobre el recientemente estrenado verde de La Albuera. Además, y gracias al respeto que le profesan sus compañeros se convierte en portavoz involuntario cuando llega la hora de reclamar a la directiva las nóminas atrasadas o el impago de las primas. 

Después de dos campañas en las que Polo marca las diferencias en Segovia con su visión de juego y llegada al área contraria, transmite a la directiva su intención de continuar en la Gimnástica pero Emilio Cruz descarta su renovación por cuestiones deportivas. Pese al contratiempo, Polo asume la baja como ley de vida deportiva y pide al presidente Pedro Antonio Hernández Escorial poder despedirse de la afición segoviana y del fútbol en un partido amistoso que se disputa el 24 agosto de 1985 ante el Real Ávila en La Albuera y que vencen los celestes por 4 tantos a 2. La despedida del almeriense es la soñada por todo jugador puesto que anota un tanto - que pone por delante a los segovianos 2-1 - un minuto antes de ser retirado del terreno de juego a la media hora de partido.

Días antes del choque, Miguel Polo remite una carta a los aficionados a través de los medios de comunicación en la que lamenta "no haberles ofrecido mis mejores años de futbolista porque, creanme, en 19 años de profesional jamás había encontrado una afición tan entrañable"; "Me iré a casa con el recuerdo imborrable de una afición que me ha dejado huella", concluye Polo en su carta. Para que luego digan que la afición segoviana es fría. Años después y como entrenador, Polo dirige entre otros al Parla (87-88); Atlético Madrileño (91-92) y Fuenlabrada (99-00).

Fuente: El Adelantado de Segovia; bdfutbol.com; La Voz de Almería.
Captura de pantalla: bdfutbol.com 

jueves, 12 de octubre de 2017

Un rodillo en Tordesillas

El día 12 de octubre de 2003 la Gimnástica Segoviana comparece en el campo de 'Las Salinas' en Tordesillas con la idea sumar tres puntos que le mantengan en la parte más alta de la tabla a la estela del Norma San Leonardo CF, líder del grupo VIII en la jornada sexta. El resultado (0-4) deja a las claras la superioridad azulgrana que debe sobreponerse a la expulsión de Morín y a un penalti fallado por Ramsés en una de las pocas penas máximas que marra el jugador segoviano en toda su carrera. 

La Segoviana afronta el partido ante el CD Atlético Tordesillas con muchas ganas de resarcirse de la derrota sufrida el 18 de mayo anterior  en ese mismo terreno de juego y que finiquita las opciones de fase de ascenso azulgrana al caer (3-2) en un partido en el que también falla un penalti (Agustín) y se queda en inferioridad numérica  por expulsión de Roberto. 


Pero en diciembre las cosas son bien distintas y Mariano marca las diferencias  anotando cuatro tantos en la que es su mejor anotación individual como jugador gimnástico. Mariano, entre los máximos goleadores de la historia del club junto a Barto se convirtió en "una pesadilla" por "su movilidad y su innegable acierto" de cara a la portería contraria defendida por Marcos, según recoge la crónica de El Adelantado de Segovia del 13 de octubre firmada por la agencia Área 11.



La Gimnástica, dirigida por Andrés Peiro en su primera temporada forma en Tordesillas con Durán, Ramsés, Javi González, Chema, Calleja, Ricardo, David García, Mariano, Morín, Valle y Barto. José María Segovia, Óscar Herrero y Yaco también participan del juego. Becerril Gómez del colegio palentino arbitra el partido amonestando a Ramsés y Morín (2) por los segovianos y a Marcos, Agustín y Josete por los locales además de a su preparador, Curro Añibarro.


Con Jesús Tovar en la presidencia el arraigo social del club crece en buena parte porque la práctica totalidad de los jugadores que forman la plantilla esa temporada son segovianos. La Gimnástica Segoviana gana la Liga de tercera división por primera vez en su historia tras derrotar a la Gimnástica Medinense (1-4) el 16 de mayo de 2004 y concluye la campaña por delante del Norma San Leonardo CF; CD Guijuelo y Real Ávila CF. La lucha por el ascenso, con el CD Marino de Luanco asturiano ya es otra historia mucho más triste para los intereses gimnásticos.





Fuentes: El Adelantado de Segovia; Área 11;

Fotos: Diferentes lances del partido Tordesillas- Gimnástica Segoviana (12 octubre 2003)/ Javier Alcina Rodríguez

lunes, 2 de octubre de 2017

Bienvenido Mr. Krankl

El Estadio municipal de La Albuera es inaugurado oficialmente el 26 de junio de 1977 por el gobernador civil de Segovia, Juan Gómez Arjona; el alcalde de la ciudad Maximiliano Fernández y el delegado provincial de fútbol, José Castrillo.  Un partido de las selecciones juveniles de Cuenca y Segovia estrenan una instalación deportiva ligada los últimos 40 años a la Gimnástica Segoviana. 

El campo nace sin nombre y solo el paso del tiempo otorga nombre al municipal por el barrio en el que se encuentra más que porque a nadie le importara cómo se llamara. Además, y fruto de la escasez de recursos del Ayuntamiento, la instalación no cuenta con calefacción en los vestuarios, agua caliente, focos para los entrenamientos y partidos nocturnos y césped en el terreno de juego hasta el año 1982. La situación es tan precaria que en noviembre de 1981 la obra del estadio todavía no ha sido recepcionada por el Ayuntamiento ni devuelta la fianza a la constructora. No es hasta cinco temporadas después de su inauguración cuando llegan las mejoras. 


El mundial de fútbol celebrado en España en 1982 sirve para que La Albuera cuente con las comodidades necesarias para una práctica decente del fútbol por parte de los deportistas. La intervención del Real Comité del Mundial del fútbol del que forman parte dos segovianos: Javier Gil de Biedma representando al Real Madrid y Pedro Antonio Hernández Escorial - por entonces presidente de la Gimnástica Segoviana -  coloca a la ciudad como futurible sede para las selecciones que disputen sus partidos durante la segunda fase de la competición. Los combinados nacionales pueden venir a Segovia o no según su criterio pero la posibilidad de que lo hagan moviliza a la RFEF a cubrir los gastos necesarios para que La Albuera se convierta en lo que debe: una instalación deportiva idónea para la práctica del fútbol. 

Finalmente es la selección austriaca la que se aloja en el Parador de Segovia con Hans Krankl (Viena, 1953) a la cabeza, conocido por jugar en el Barça durante dos temporadas (78-79 y 80-81) en las que gana la Recopa y se hace con el 'Pichichi' de la Liga. Los segovianos, quizá por la presencia de Krankl o por la del césped en La Albuera, llenan la tribuna durante las sesiones de entrenamiento de los austriacos. La 'Nationalmansschaft' entrenada por Georg Schmidt utiliza Segovia para 'esconderse' del ruido mediático provocado por su clasificación para la segunda fase después de perder 1-0 con Alemania Occidental en un partido en Gijón descrito como "el amaño más vergonzoso de la historia de los mundiales" por el diario Marca. Las imágenes de aquel partido reflejan el espíritu poco deportivo de ambos conjuntos que a todas luces pactaron el resultado para asegurar la clasificación de ambos en perjuicio de Argelia.

Los austriacos llegan a Segovia la madrugada del domingo 27 de junio y se ejercitan en La Albuera esa misma tarde y en los días posteriores. El estadio municipal disponía de césped desde hace tan solo una semana.


Fuentes: El Adelantado de Segovia; www.losmundialesdefutbol.com; www.marca.com
Foto: Hans Krankl/Pinterest/Spox.com