La historia de la Gimnástica Segoviana está escrita con letras más o menos doradas en renglones más o menos torcidos gracias a presidentes como Manuel Díaz-Miguel Moraleda, Pedro Antonio Hernández Escorial o Fernando Correa; entrenadores como Modesto Maside, Emilio Cruz o Abraham García y jugadores como Mariano 'Chocolate', Valeriano Cuéllar o Paco Maroto. Ellos y otros muchos construyeron, y en algunos casos lo siguen haciendo, cientos de capítulos en azulgrana y celeste que hubieran sido menos trascendentes sin la colaboración muchas veces desinteresada de otras personas menos 'visibles' de cara al aficionado. Ellos fueron, son, imprescindibles. Los utilleros Josito y Torquemada en los últimos tiempos son tan importantes en la estructura del club como lo fueron en su día Pedrito o Jesús Bellota Calvo. El amor hacia unos colores y una ciudad no puede cuantificarse en ellos pero sin su esfuerzo la historia de la Gimnástica no tiene sentido.

El caso de Jesús Bellota Calvo - padre del jugador y entrenador de la Gimnástica Jesús Bellota Navas - es especialmente recordado: Bellota recogía en su etapa como encargado de material en los años 60 y 70 las equipaciones y las botas de los jugadores que eran propiedad del club después de los entrenamientos, se las llevaba a casa y era frecuente encontrar la ropa tendida en la cocina de la Señora Julia, su mujer. Afrontaba Jesús su tarea con tal dedicación que daba lustre a las botas e incluso su propio hijo Jesús hizo las veces de limpiador ocasional. Una pequeña placa con el nombre de cada jugador señalaba las prendas para que no hubiera error y cada uno recibiera limpia y reluciente su ropa para el siguiente entrenamiento o partido. El bueno de Jesús Bellota era, además, tan eficiente con la indumentaria como con los balones y era el responsable de llevar el esférico a la Federación las mañanas de partido para que fuera pesado y medido y recibiera el sello oficial con el que era imprescindible marcar el balón para la disputa del partido. Incluso si el tiempo se lo permitía aplicaba algo de purpurina a los balones para que parecieran nuevos puesto que el club, en el mejor de los años, disponía solamente de tres esféricos para toda la temporada. Como en la Gimnástica la polivalencia ha sido siempre una gran virtud, Bellota también ejerció de masajista y su familia todavía guarda con cariño la mesa donde aliviaba los dolores musculares de decenas de futbolistas.

Foto superior: Jesús Bellota Calvo junto a la tribuna del campo de El Peñascal en una imagen tomada en la década de los 70 /Antonio
Foto inferior: Jesús Bellota Calvo (izquierda) y Jesús Bellota Navas en los prolegómenos de un partido de la temporada 71-72 /Antonio
Ambas instantáneas han sido cedidas por la familia Bellota al autor de este blog como soporte para el libro 'Gimnástica Segoviana: Una historia de supervivencia"